Artistas de Australia

Rodrigo Pérez Zamora llegó a mi vida como llegan las mejores historias: por conexiones que parecen casuales, pero tienen propósito.
Esa primera charla que tuvimos —la que hoy se ha convertido en uno de los episodios más importantes del año— no fue solo una entrevista. Fue un espejo. Un recordatorio de por qué hago lo que hago y por qué, pase lo que pase, yo sigo apostando por darle visibilidad a artistas que apenas empiezan a abrirse camino en Australia.
Rodrigo me habló de sus raíces salvadoreñas, de su familia, de la fe que lo acompaña desde niño y de ese doloroso diagnóstico que lo empujó a crear. A veces la vida te orilla a elegir: te quiebras o trasciendes. Él eligió trascender. Y no solo eso: eligió hacerlo con color, con esperanza, con una alegría casi desafiante.
Y justo ahí, mientras hablábamos de su abuela, de su historia migratoria, de su arte vibrante y de la Virgen de Guadalupe, algo hizo clic.
Hoy 12 de diciembre.
El día en el que millones recuerdan que la fe no siempre se grita: a veces simplemente sostiene.
Y mientras él me mostraba sus vírgenes pintadas a mano, yo también me conecté con mis propias raíces, con mis propias mujeres, con mis propios procesos.
Este episodio superó las 10k vistas en YouTube. Se colocó entre los 20 más escuchados en Australia esa semana. Y aunque esos números me llenan de emoción, lo que más me marcó fue otra cosa:
la cantidad de personas que nos escribieron diciendo que sintieron “paz”, “esperanza”, “identificación”, “orgullo”.
Eso no se consigue por accidente, eso se consigue cuando uno ya tiene años caminando, entrevistando, escuchando, fallando, afinando, aprendiendo a ver talento donde otros no miran.
Porque no es solo un podcast, es un puente, es comunidad, es criterio, es visión, es experiencia.
Y cuando se junta todo eso con artistas auténticos como Rodrigo, pasan cosas grandes, pasan conexiones reales pasan historias que levantan.
Hoy celebramos no solo un episodio destacado del año, sino el recordatorio de que mi propósito está exactamente donde tiene que estar: amplificando voces que merecen llegar lejos.
Y si algo me queda claro es que este episodio no llegó solo para contar su historia, sino para recordarme que la luz siempre encuentra forma de manifestarse.
Gracias Rodrigo.
Gracias Carlos por crear este puente.
Y gracias a cada persona que sigue apostando por contenido con alma.

